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El aceite se calienta en una cazuela o paellera y se echa la cebolla picada.
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Cuando ya está dorada se echa el tomate, cuando está frito, se añaden los menudillos picados y se rehogan.
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En el mortero se machaca un diente de ajo con una rama de perejil y unas hebras de azafrán, que se deslíen después con un poco de agua y se añaden a la cazuela.
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Se echa el arroz sobre el sofrito y se le añade el caldo (el doble que de arroz) y un poco de sal y se pone a cocer destapado un cuarto de hora.
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Se separa del fuego, se tapa, dejándolo reposar cinco minutos y ya se puede servir.