Cocemos la pasta en abundante agua con sal, sacándola unos minutos antes de estar al dente.
La queremos semidura porque se terminará de hacer en la sartén.
Escurrir y dejar enfriar en una fuente para que no se amontone, reservando 500 ml de agua de la cocción en una jarra.
Picamos la cebolla en fino y cortamos en piezas pequeñas los ramilletes de coliflor lavados y reservamos.
Calentamos en una sartén dos o tres cucharadas de aceite y tostamos a fuego medio el pan rallado, removiendo para que no se queme.
Agregamos el queso y cocinamos un par de minutos, dejando que se funda y se forme textura de migas tostadas.
Añadimos un poco de pimentón picante o pimienta negra. Retiramos y reservamos.
En la misma sartén, añadimos más aceite para pochar la cebolla durante unos minutos, hasta que se trasparente un poco.
Añadimos la coliflor, salpimentamos y sofreímos a fuego medio durante unos 20 a 30 minutos, hasta que esté muy tierna.
Añadimos poco a poco a gua de la cocción para que no se seque el fondo y vaya haciendo fondo de salsa, pero sin gastarla.
Machacar con la cuchara la coliflor a medida que se cocina, para dejarla con una textura fina, pero sin que desaparezca del todo.
Añadimos la nata con el limón, removemos y damos unos golpes de pimienta.
Dejamos reducir a fuego lento unos minutos para que espese.
Añadimos queso recien rallado al gusto, la pasta y un buen chorro del agua de cocción removiendo bien el conjunto durante unos minutos y listo.