Ponemos los garbanzos en un recipiente amplio, los cubrimos con agua tibia y los dejamos en remojo desde la víspera. Los escurrimos, enjuagamos y pasamos a una olla. Añadimos el laurel lavado y una cebolla pelada. Agregamos agua hasta cubrirlo todo y cocemos 1 hora a fuego lento. Añadimos ½ cucharada de sal y proseguimos la cocción 20 minutos más. Apagamos y reservamos.
En una olla los tiempos de cocción se acortan, ½ hora de cocción.
Cocemos los huevos 10 minutos en un cazo con agua salada. Los refrescamos, pelamos y reservamos.
Lavamos, secamos y cortamos el bacalao en dados.
Lavamos las espinacas en abundante agua. Pelamos y picamos fino la otra cebolla y 2 ajos.
Calentamos en una cazuela, 3 cucharadas de aceite y freímos el pan y el último diente de ajo pelado entero. Los retiramos, los majamos en el mortero con el perejil lavado y reservamos. Añadimos a la cazuela la cebolla y los ajos picados y los sofreímos 5 minutos. Espolvoreamos el pimentón, removemos unos segundos para que se rehogue sin quemarse y cubrimos con 1 litro de agua (o 1 litro de caldo de cocer los garbanzos). Añadimos las espinacas, tapamos la cazuela y cocemos durante unos 10 minutos.
Incorporamos los garbanzos escurridos y el bacalao y dejamos cocer entre 8 y 10 minutos a fuego lento.
Añadimos el majado y los huevos cortados en cuartos, damos un hervor final de 2 minutos y apagamos el fuego.
Dejamos reposar unos minutos y servimos.