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Freímos 2 ó 3 gajos de cebolla, 2 dientes de ajo pelados y un trocito de pan. Se saca, reservamos en el mortero.
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Se hacen bolitas con la masa, las pasamos por harina en un vaso.
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Se fríen en el aceite anterior a fuego medio; cuando están doradas se pasan a una cazuela.
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A lo que tenemos en el mortero lo añadimos perejil y pimienta y machacamos, diluimos con vino blanco.
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En el aceite echamos una cucharada de harina y rehogamos, añadimos el mortero y agua (según la salsa que queramos).
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Lo dejamos hervir y añadimos una hoja de laurel.
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Lo echamos por encima de las albóndigas y dejamos cocer a fuego lento una 1/2 hora.